Mi esposa vecina, una belleza ébano madura y sin pelo, me dio una mamada profunda y apasionada. Después de un masaje caliente, tomó ansiosamente mi gran y dura polla en su boca, llevándonos a ambos al placer salvaje e intenso.
Me quedé recostado en mi sofá, disfrutando de una tarde pausada, cuando mi esposa vecina llamó inesperadamente a mi puerta.Estaba en un poco de atadura, ya que su marido había estado fuera para un viaje de negocios y necesitaba ayuda con un asunto bastante delicado.Deseosa de ayudar, la acogí con los brazos abiertos.Como resulta, su esposo había estado experimentando algunos problemas con su hombría, y ella esperaba poder proporcionar algo de comprensión.Obligué, y después de una revisión exhaustiva, descubrí que el miembro de su esposo realmente necesitaba atención seria.Con un brillo diabólico en sus ojos, comenzó a tomar el asunto en sus propias manos, o más bien, en su boca.Estaba claro desde el principio que estaba más que lista y dispuesta a ayudar, y lo hizo con un fervor que me dejó completamente y completamente aturdido.La vista de ella dándome una mamada con tal entusiasmo desenfrenado no fue nada menos que hipnotizante, y solo sirvió para alimentar mi deseo.
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