Papá me pilló en su cinturón, un provocativo travestido.Su agarre, demasiado apretado para hablar, mis pies tocaban el suelo.Su follada brusca y sucia charla, humillación y placer se entrelazaron.Una noche de ahogamiento y arcadas, un experimento de garganta profunda.
Me sentía un poco traviesa y decidí jugar con mi cinturón de jefe, pero poco sabía que me había estado observando todo el tiempo.Se acercó y comenzó a hablarme de una manera muy provocativa, haciéndome sentir aún más excitada.Luego me quitó la ropa y ató mis manos a mi espalda, antes de darme nalgadas con su gran y vieja mano.Gemía y gritaba mientras continuaba castigándome, pero no pude evitar disfrutarla.Entonces me obligó a chupar su gran y antigua polla, haciéndome atragantarse con ella mientras follaba mi boca con fuerza.Después de eso, empujó su miembro palpitante en mi culo apretado, haciéndolo gritar aún más fuerte mientras me follaba con rudeza.Estaba completamente humillada, pero al mismo tiempo, me encantaba cada minuto de ello.Terminó haciédome chuparle su leche, lo que hice felizmente como lo hacía yo era una pequeña prostituta sucia que disfrutaba siendo dominada por un viejo.
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