Mi esposa y yo invitamos a nuestro amigo para un trío bisexual. Ella me compartió ansiosamente, explorando cada centímetro de mi cuerpo. La intensa sesión nos dejó a todos satisfechos, con ella recibiendo una corrida caliente.
Después de un largo y agotador día, mi esposa y yo decidimos invitar a nuestra buena amiga a casa para una noche de pasión.Siempre hemos sido abiertos sobre nuestros deseos sexuales, pero esta vez, estábamos listos para llevarlo al siguiente nivel.Nuestra amiga, una encantadora y sexy chica bi, estaba ansiosa por unirnos a nosotros para un trío caliente.La anticipación en el aire era palpable mientras todos nos desnudabamos, revelando nuestros cuerpos desnudos entre sí.La vista de sus tetas naturales encendió un deseo ardiente en mi esposa, que con ansias los llevó a su boca.El sabor de su dulzura envió ondas de placer a través de ella, haciéndola desear más.A medida que avanzaba la noche, los tres nos entregamos a un encuentro salvaje y apasionado, explorando los cuerpos del otro y satisfaciendo nuestros deseos carnales.La visión de mi esposa siendo complacida por otra mujer era un espectáculo para contemplar, un testimonio de nuestro enfoque de mente abierta al sexo.El clímax de nuestra noche fue una corrida espectacular, un final perfecto para nuestra noche inolvidable de placer.
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